Ahorrar, ahorrar, ahorrar sin parar.... Vale la canción no era así, pero si has leído esto cantando con la sintonía de cierta marca de pintura tienes más años que un árbol.
Bueno, bromas a parte, viendo la que se nos viene encima todos buscamos maneras de ahorrar por todos lados.
Y es que ya nos buscamos en los bolsillos, pero poco vamos encontrando.
Así es que no nos viene nada mal ayuda para aprender a ahorrar, hasta en las cosas más pequeñas. Y es que hay cosas en las que no somos conscientes y que se nos va un buen piquito de dinero cuando nos damos cuenta.
Y que queréis que os diga, pero aprender a ahorrar es más fácil de lo que parece. Y, ¿prefieres ser ahorrador o superahorrador?
En el libro Superahorradores de los hermanos Gracia, Richard y Diego, vienen ideas muy muy interesantes.
Y es que, digo yo, que toda idea para ahorrar pues bienvenida sea ¿no? Vamos que por tenerlas en cuenta no perdemos nada ni vamos a morir en el intento por querer ahorrar de un lado o de otro. Total, las huchas siempre han existido, yo por lo menos siempre he tenido, así es que es una nueva forma de crearnos una hucha.
*Vale, no hace falta que la hucha tenga forma de cerdito, pero no me digáis que no es bonico.
Bueno, lo que os contaba, resulta que en este libro vais a encontrar ideas muy buenas para ahorrar. Pero, a ver, no os penséis que es un método milagroso, requiere su esfuerzo, pero también tiene recompensa.
Lo primero que hay que diferenciar es entre un ahorrador y un superahorrador. El que se denomina ahorrador es aquel que guarda cierta cantidad de dinero, quizás con cierta asiduidad, para cosas importantes y estar tranquilo por si surgen imprevistos. En este libro aprendemos que el superahorrador es aquel que lo que hace, además, es ahorrar en pequeñas cosas y además hace los cambios necesarios para tener cada vez menos cargas económicas, sobre todo si no son de algo esencial.
Cuando hablamos de ahorrar en cosas pequeñas, nos referimos a cosas cotidianas, así como a esos pequeños caprichos o incluso vicios que poco a poco nos van "robando" dinero que no habríamos pensando jamás.
En este libro aprendemos métodos de ahorro en cosas como la forma de cocinar, las compras, los viajes, el transporte y esas pequeñas cosillas con las que decimos, "bah si es nada más que ...€", sí, sí esas cosas también. Yo reconozco que soy la primera que tiene que corregir esas cosas y con este libro voy poco a poco poniéndolo en práctica, ya os he dicho que milagroso no es, pero imposible tampoco.
Y esto es como lo que decía no se que programa de televisión: "Euros, euros, dibidú, si no los quieres, allá tú". Pues eso, si no los quieres, pues no te leas el libro, porque para qué, pero si eres de los míos, ya estas tardando.
Yo voy camino de ser de ese equipo de Superahorradores, y seguro que si tu te lo propones tampoco tardas mucho en unirte. Es un libro muy sencillo de leer, con ejercicios prácticos, con consejos más fáciles que el mecanismo de un chupete, (ay que ganas tenía de decir esto jejeje).
Aquí no valen las excusas. Ahora es el momento de aprender a ser un superahorrador.