miércoles, 10 de agosto de 2016

RESEÑA DEL LIBRO "NUNCA ES TARDE SI LA DICHA ES BUENA"

Una alocada hija de un vicario, un escándalo, un lord inglés y una historia 20 años después. Una historia llena de recuerdos y pasiones.





 Lord William Wattles y Annabelle Frost eran apenas dos jóvenes cuando tuvieron su primer encuentro. Ella fue señalada por mancillar la reputación de la familia y su padre la mandó lejos. Ahora se ha instalado en la casa para solteronas de Loves Bridge. Año 1797 y el diario de Bell Frost, año 1816 en el pueblo de Loves Bridge, ¿Qué tienen que ver estos dos años? Solo las páginas de este breve libro te lo revelaran.



Después del escándalo en el que se vio involucrada Annabelle Frost (conocida como Belle Frost), su padre, un denominado por muchos como el vicario cretino insufrible y mojigato, decide enviarla lo más lejos posible ya que la muchacha había manchado el nombre de la familia. Su padre la denominó como una muchacha “ligera de cascos” debido al affaire que había tenido con lord William Wattles. El destino donde Belle llega es el pueblecito de Loves Bridge. Allí una mujer soltera puede vivir en paz en la casa para solteronas que hay en el pueblecito y además mantenerse a sí misma trabajando como bibliotecaria.

20 años después la casualidad hace que William acabe en Loves Bridge y se encuentre con Belle. La última vez que se vieron el apenas era un muchacho de 18 años y ahora ya era todo un hombre de 38 años, pero aún así seguía conservando un atractivo demoledor que a Belle le seguía cautivando. 

Al principio Belle no quiere que William la reconozca y hace todo lo posible por evitar encontrarse con él o hacer algo que la identificara, no quería volver a sufrir por un hombre y menos si este era William Wattles.

 No quería volver a ser una niña asustada, sollozante y lastimera ni volver a sufrir por amor. Ya había sufrido bastante en el pasado como para pasar otra vez por ese carrusel de sensaciones que en su momento no la hicieron sentir precisamente las mejores sensaciones. 

William la reconoció a la primera. El recordaba a Belle como una muchacha llena de vida, con ojos grandes y dorados con motitas verdes y largas pestañas y esos rasgos en ella no habían cambiado, pero ahora veía en ella fatiga y desaliento. El tiempo había dejado huella en su rostro pero Belle seguía conservando la misma belleza por la que William la recordaba. 

William deseaba saber porque Belle se encontraba tan lejos de su hogar, que la había llevado a estar allí bajo una identidad falsa.

La situaciones venideras no harían nada fácil la convivencia en Loves Bridge ni para Belle ni para William. 

Personajes sencillos y complicados por momentos que tienen un vaivén de sensaciones y sentimientos que condicionan todas las situaciones vividas. 

Intensos encuentros, momentos de congoja y un final bastante predecible para un libro breve y sencillo de leer.


Es el primer libro de Sally Mackenzie que leo y parece ser que todos son similares. Tengo que confesaros que no es un libro que volvería a leer ni un género que sea precisamente mi favorito. Este si que ha sido de esos libros de los que me fíe solo por el título y para mi ha sido un poco decepcionante.


Aún así como buena amante de la lectura valoro el esfuerzo y la imaginación que tienen aquellos que se dedican a esto y que hacen su pasión su trabajo. 




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